Calle del Trabuco

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Ya hacía algún tiempo que no publicaba ninguna fotografía y la verdad es que estaba totalmente ansioso por hacerlo. Es una especie de gusanillo que se mete por el cuerpo, te hace pensar en encuadres, colores, saturación, enfoque y todo lo que conlleva enseñar una fotografía.

Cuenca es una provincia española impresionante para perderse en los detalles, un espacio lleno de mágicos rincones que abren al alma el gusto por observar y capturar. Alguien me dijo una vez que no era profesional hacer cientos de fotos, que el fotógrafo observa la escena y captura una o dos a lo sumo, mientras que el aficionado hace diez o quince de ellas. Es dificil estar en un lugar como Cuenca y no disparar a diestro y siniestro, cada rincón es un monumento, cada persona es un personaje y cada escena es un historia en sí. Espero hacerosla mas cercana a través de esta serie que comienzo hoy de fotografías de allí.

La noche en Cuenca se torna mágica, el color de los antiguos sillares con el amarillo de sus farolas en cada esquina me hizo inevitable su captura para recordar lo que sentía como un viajero abrumado por el acogedor calor de sus calles.

Espero que os haya gustado la captura. Un abrazo y hasta la siguiente captura.


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