El viaje de la luz es un viaje directo, un viaje sencillo y fugaz que acaba muriendo al contacto con cualquier objeto. El trabajo del fotógrafo es siempre retratar esa luz, su maravillosa disolución en un mundo de colores y formas. Siempre me he preguntado, por que es tan dificil realizar una exposición con la cámara en Almería. Y sólamente puedes encontrar la respuesta si aprendes a mirar la luz analizándola y asumiendo, que en nuestras latitudes, su ángulo es mas directo que mas ala norte. Los ocasos son mas fugaces y compicados.

Poulnabrone es un lugar mágico, no por su dolmen, que es una auténtica maravilla, sinó porque está rodeado de un paisaje muy singular; el parque nacional del Burren. Un mosaico de verde hierba entremezclado con un suelo rocoso y profundo, un suelo anciano, de gran experiencia, un suelo que guarda un tesoro magnífico; el agua.

Estoy muy contento con estas tres capturas. Para los grandes paisajistas, no supondrán nada mas que un ejercicio en este camino que intento recorrer de dominar esa luz de la que os hablaba en el comienzo de este reportaje. Comencé este repotage con la siguiente fotografía. Pensé que sería genial procesarlas en blanco y negro. Finalmente me di cuenta que a veces el color puede ser un aliado para la luz y transmite esa calidez o ese frío que nos transmite una imagen.

Creo que he intentado poner en práctica, las palabras sabias de muchos fotografos que pululan a mi alrededor y de los que intento aprender al máximo. Por un lado Angel Soler, que me enseño la importancia de las sombras, por otro, Pepe Ruiz, con el que aprendes que la técnica es buena, pero pasarlo mejor es indispensable,  Miguel Hidalgo, con el que aprendí a mirar todo a mi alrededor, porque la mejor fotografía a lo mejor está detras de uno y finalmente mi mujer, sin ella no conseguiría llegar a sitios como éste.


Bueno, espero que os haya gustado. Os espero en la siguiente entrega ...