Camino a Benecid

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Despues de mucho insistir, este invierno mi amigo Diego consiguió arrancarnos a mi mujer del sillón un domingo para ir a ver el nacimiento del río Andarax, nuestro río, en Laujar de Andarax. Situado en el corazón de la Alpujarra almeriense, como siempre, volvimos a viajar como sardinas en lata los seis en un coche. Fue ahí donde finalmente empezamos a cogerle el gustillo. Íbamos observando los diferentes pueblos y lo que las riadas y crecidas del río había causado a su paso cuando nos encontramos con una hondonada de álamos y eucaliptos en el margen del río. No pudimos dejar pasar la ocasión para bajar a las niñas y corretear un rato por allí, tocando el agua y haciendo fotografías. Era un paraje acogedor, el ruido del agua al pasar y el viento que amenazaba lluvia que al chocar con las copas de los arboles sorprendía con sus silvidos, invitaban a cerrar los ojos y disfrutar de esa sintonía musical natural.

Yo, como siempre, no pude dejar de hacer fotografías. Ésta es una de ellas. Cargada de diagonales y sugerentes curvas, esa carretera dirige la mirada hacia el lejano destino de nuestro paseo, no sin antes mirar al suelo para evitar pisar los charcos y la calzada mojada. Te invita a recorrerla lo mas rápido posible para llegar a nuestro destino cuanto antes y evitar esas nubes que amenazan tormenta.

Espero que hayais disfrutado con la captura, tanto o mas que yo realizándola.

Un abrazo y os espero en la siguiente. A seguir fotografiando ...


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