Infancia Olvidada

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No puedo resistirme a pensar al ver a mi hija, que una vez fuimos niños nosotros también y disfrutábamos de la vida sin importarnos lo que vistiésemos o si teníamos una u otra cosa. Tan solo vivíamos el momento, disfrutábamos con todo lo que hacíamos y poseíamos en nuestra mirada ese gesto que sólo pueden tener los que, con memoria de pez, descubren lo que hay a su alrededor por primera vez.

El otro día, con nuestra visita al Reul Alto con los compañeros del San Francisco, el día de la niebla, encontré este columpio hecho en una rama de árbol. Pensé; que demonios hace esto aquí, como lo vean, nos tachan de cutres. Cual fue mi sorpresa cuando dos horas mas tarde se convirtió en motivo de disputa porque todos los niños pequeños querían subir. Hasta yo mismo me monté en el. La sorpresa fue muy grata, aquello era algo sin enchufe, ni polución, ni grandes estudios de ingeniería mecánica, pero había causado grandes sensaciones a quienes montaban en él. Fue una gran lección.

Así que solo me queda decir; muchas gracias Ramón Medina por hacernos recordar esa infancia olvidada con tu labor de recuperación de viejos sentimientos a través de, a priori, lo que los ciegos como yo creemos insignificante.

Y como siempre, os invito a vivir la experiencia en el Reul Alto.

Sobre la foto, hay algo que comentar. Está realizada con plena niebla y poca luz, desde un lugar donde no podía abrir el encuadre nada ya que me daba con un muro por detrás que delimitaba el bancal superior. Por otro lado, la ausencia de luz hacía que los árboles aparezcan sin ninguna textura, que aunque con el fondo blanco de la niebla no queda mal del todo, siempre podría haberse mejorado. Me encanta la tonalidad con predominante amarilla del suelo, contrastado con las miles de ramitas que tenía el lugar. Las ramas de la derecha de la foto no he querido quitarlas porque es el único elemento que proporciona profundidad a la foto.

Por último, y esto es bien cierto, muchos sabéis de mi miedo a los fantasmas. Pues esta foto la capturé yo solo en mitad de la niebla y me dije; como se mueva el columpio u oiga una voz, me da un síncope! ...

Un abrazote para todo el mundo y a seguir fotografiando


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