Tea & Telephone





Tengo que reconocer que hace tiempo que me muestro bastante insatisfecho personalmente con mi trabajo fotográgico. La falta de alma, el vacío fotográfico y compositivo, son lastras mentales que generan pensamientos que se afianzan cuando algún otro observador te lo pone de manifiesto, como últimamente me ha ido sucediendo.

Grandes amigos y fotógrafos me ha dicho una y otra vez que son cosas que ocurren normalmente en la vida del fotografo y el artista, y a veces, me gusta incluirme en ese selecto club. Periodos muy generosos en resultado y otros no tan fructíferos.

Durante este tiempo, me he vuelto muy autoexigente y muy calculador hasta el punto de suponerme que hacer una captura fuese un auténtico calvario, repasando todo el flujo de captura una y otra vez para fallar sino en una cosa, en otra. Dejar de disfrutar con la captura, puede ser muy grave, casi para entrar en coma. Sin embargo, he aprendido a observar mejor la escena, darme cuenta de acontecimientos que en un tiempo pasado hubiesen pasado desapercibidos totalmente, he aprendido a perder parte de esa vergüenza ladrona de escenas a los desconocidos y a fijarme mas en las luces, pero tambien mas en las sombras.

Porque en fotografía, al igual que en la montaña, a veces hay que aprender a disfrutar mas el camino y no obsesionarse con la cumbre ...

Os espero en la siguiente captura ...


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1 comentario:

  1. ¡Di que sí Jose! Hay que aprender a disfrutar no sólo del tiempo que precede al regalo, sino también del regalo en sí.

    Estamos en una época en la que prima la cantidad (cuanto más mejor) en vez de disfrutar todo el proceso que implica conseguir algo y ese algo.

    Preciosa la foto ¡como siempre! :D

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