De nuevo estoy aquí con una fotografía del domingo en el Reul Alto. En esta ocasión he retratado uno de los senderos de la ladera por la que caminábamos. La tierra se puede observar como está totalmente mojada. El amarillo de la niebla es debido a que los rayos del sol se entremezclaban con la densidad de la nube y creaba esos halos dorados en algunas partes de nuestro camino.

La fotografía te invita a caminar y no abandonar el camino, ya que un paso en falso te dejaría en la mas profunda desorientación. Es una fotografía enigmática, nerviosa, yo diría casi mágica. Podría haber utilizado un efecto Orton, pero finalmente me decanté por intentarle sacar el mayor partido a las zonas que la niebla dejaba enfocar.

Espero que la toma os haya gustado y ya sabeis, a seguir fotografiando!