Ese gigante de pasos veloces que llamamos Tiempo, corre raudo en busca de nuevos horizontes y vidas para hacerlas caminar sobre sus hombros, cambia con las estaciones, con las manecillas del reloj, con el día y la noche y con la transfomación del amor. Destroza huesos y corajes, azadas, joyas, ojos y tesón, pero nunca jamás conseguirá parar el pulso de mi corazón.

Esta cortijada abandonada se encuentra en la frontera entre España y Portugal, en el Algarve. Su quietud y serenidad bajo esas nubes invita a pensar que desde esa sima o colina es un vigía que sin poder evitarlo ha visto lo que el tiempo ha hecho con sus paredes. Parece decirnos; Miradme, soy de roca y el gigante del tiempo ha hecho esto conmigo. Me dais envidia, porque yo soy duro, pero vosotros teneis alma.

Disfrutad lo que podais y usad vuestro alma contra el tiempo.

Espero que os haya gustado esta fotografía, un abrazo y hasta la siguiente!.