"Dedicada a Pepe Ruiz, por trabajar para hacer
disfrutar la fotografía."




Reflexionando sobre la fotografía, he llegado a la conclusión que esos altibajos fotograficos y emocionales que a veces sufro son fruto de la subjetividad emotiva que tienen cada una de las capturas. Normalmente el visionado de una fotografía debería estar relacionado con el contexto de la persona que mira, no sólamente con reglas de composición, ni siquiera con las condiciones de exposición de su luz. Entiendo que la Fotografía es, ante TODO LUZ, pero también puede ser la emotividad que transmite una sombra. A veces, uno defiende lo indefendile, pero es ley de vida.

Ayer, mi amigo Pepe Ruiz me dejó un par de fases, que pienso gravármelas a fuego en la cabeza:

"La foto es subjetiva, lo que tu piensas que es malísimo, llega un despabilao y te dice que es una genialidad y al contrario"

"Una vez dominada la Técnica, la fotografía es pura subjetividad"

Espero que os gusten esas sombras.

Jose.

Pd. Luis, Tu no mires que me caneas ....

Esta escena casi parece de una escena de teatro. Me gusta mucho esa luz polarizada que dan los espacios interiores, que hace que la saturación de los colores trabaje de forma justa.

Fué captada en el mercado de Dublín, cerca de un puesto de sombreros, en el momento en que nuestro personaje veía pasar una chica muy guapa. No pude fotografiarla porque venía una pareja en mi dirección que se metían en el encuadre y que veía con el rabillo del ojo. Así que me decidí por coger éste trozo de la escena.

Eso sí, me gané una torta, menos mal que estaba por allí mi mujer, Lholy, para refugiarme a su lado. Aunque desde luego nadie me quitó la correspondiente mirada desafiante, ja ja ja. 

Espero que os haya gustado, nos vemos en la siguiente ...
Cuando pienso en mis hijos no puedo dejar de pensar que el tiempo pasa muy deprisa. Se trata de un eufemismo inconsolable y destructor. Hace cuatro días parecías un adolescente jugándosela a tus padres, haciéndoles sufrir lo que el destino tiene preparado para ti mismo. Supongo que me quedan unos duros siguientes treinta años.

Esta fotografía me hacía pensar en esos pequeños momentos fantásticos en los que descansas de uno mismo para reunirte con las personas que quieres, una cervecita con los amigos, una sonrisa de un desconocido o un reflejo de una mesa observadora.

La fotografía fué tomada en un pub de Irlanda, donde los amigos, los buenos amigos iban a tomarse unas pintas juntos y disfrutar de la música Irlandesa, sin problemas, sin fotografías, sin pensar en sus siguientes treinta años.

Os espero en la siguiente captura.




Tengo que reconocer que hace tiempo que me muestro bastante insatisfecho personalmente con mi trabajo fotográgico. La falta de alma, el vacío fotográfico y compositivo, son lastras mentales que generan pensamientos que se afianzan cuando algún otro observador te lo pone de manifiesto, como últimamente me ha ido sucediendo.

Grandes amigos y fotógrafos me ha dicho una y otra vez que son cosas que ocurren normalmente en la vida del fotografo y el artista, y a veces, me gusta incluirme en ese selecto club. Periodos muy generosos en resultado y otros no tan fructíferos.

Durante este tiempo, me he vuelto muy autoexigente y muy calculador hasta el punto de suponerme que hacer una captura fuese un auténtico calvario, repasando todo el flujo de captura una y otra vez para fallar sino en una cosa, en otra. Dejar de disfrutar con la captura, puede ser muy grave, casi para entrar en coma. Sin embargo, he aprendido a observar mejor la escena, darme cuenta de acontecimientos que en un tiempo pasado hubiesen pasado desapercibidos totalmente, he aprendido a perder parte de esa vergüenza ladrona de escenas a los desconocidos y a fijarme mas en las luces, pero tambien mas en las sombras.

Porque en fotografía, al igual que en la montaña, a veces hay que aprender a disfrutar mas el camino y no obsesionarse con la cumbre ...

Os espero en la siguiente captura ...